Hoy es un día muy especial para nosotros. Como habrás visto, hemos cambiado nuestro nombre e identidad para actualizarla, modernizarla y, sobre todo, alinearla con nuestra visión del futuro.
En sus inicios, Ofigrafic fue una compañía centrada en los sistemas pero, ya hace unos cuantos años, ampliamos nuestros servicios a otras áreas de la tecnología para empresas, convirtiéndonos en una compañía que ofrece servicios tecnológicos globales.
Hace tiempo que contábamos con un gran portfolio de soluciones desde software de gestión a consultoría, pasando por ciberseguridad o gestión documental, además de la habitual línea de actuación relacionada con los sistemas. Habíamos evolucionado en todos los aspectos y había cambiado también la dimensión de nuestra empresa.
El hecho es que habíamos cambiado en todo. Lo único que no habíamos modificado era nuestro nombre, que seguía siendo el original. Y, además, nuestro nombre –Ofigràfic– se nos había quedado pequeño para lo que habíamos crecido en servicios.
De ahí que nos replanteásemos un rebranding total. No solo un cambio de logotipo o de imagen corporativa, sino también un cambio radical de nombre. Porque nuestra metamorfosis en estos últimos años ha sido completa y a todos los niveles, desde las raíces de la empresa, hasta sus últimas ramificaciones.
Un nuevo logotipo no era suficiente para transmitir el cambio en los fundamentos y en la dirección de la empresa; el nombre también debía cambiar. Y escogimos Alana, una marca fresca, moderna e insólita.
A pesar del cambio de nombre, nuestro propósito seguirá siendo el mismo: proveer a las empresas de la tecnología necesaria para que puedan crecer, desarrollarse y competir en un mundo complejo y cambiante, además de ayudar a los profesionales y a las compañías a adoptar esa tecnología con facilidad. Como nos gusta decir, “IT’s easy”
Así que hoy damos un paso adelante y estrenamos una nueva marca con la que nos proyectarnos hacia el futuro.